Hace 50 años, en la primera transmisión de SNT se empezó a soñar y decir los primeros hechos, el sueño lo era todo. Logramos volar más alto con la llegada del hombre a la luna, pero cuando Paraguay ganó la Copa América en el 79, tocamos el cielo con las manos. Con la visita de Juan Pablo II en el 88 teníamos fe, y en el 89 con el golpe de Estado animamos más. Con la caída del Muro de Berlín que rompió barreras, y el Mundial de Francia 98 rompió ilusiones. En marzo, Paraguay se levantó y en 2001, con las torres gemelas, no podía creer lo que se derrumbó. Somos testigos de un cambio de color del gobierno. Éramos cuando secuestraban a compatriotas y cuando un país se unía para celebrar de nuevo la libertad. Cuando dimos la vuelta al cuarto puesto del mundo en 2010, la ilusión recobró. En nuestro bicentenario se ha hecho más grande. Y en este 2015, con Francisco llegamos a creer. Desde 1965 tenemos la televisión paraguaya.